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Historiando
Corre el ano 1900. El malón, el indio, ha sido empujado hacía el
sur por las tropas del ejército, mal pertrechadas muchas, incomunicadas
otras, sin mas medios para a cortar las distancias que un buen caballo y
gran voluntad. Allí, ante sus ojos, se extiende la Pampa; la inmensa,
inconmensurable extensión, donde el indio tenía su imperio; donde
leguas y leguas de campos vírgenes, apacentaban un sinnúmero de
cabezas de ganado cimarrón, que aparecía en manadas, quebrando la
quietud de los campos.
Donde la carreta chirriante marcaba heridas profundas, que sangrando
lodos, tardaban en restrenarse. Donde los penachos de pasto puna
flameaban al viento saludando a algún aventurado viajero; donde el sol
se teñía de arreboles; donde el cielo se estrechaba en amoroso abrazo
con la serena e inmensa llanura, allí, el blanco puso su pie, su
esperanza, su FE.
Allí surgieron como de una madre fecunda, pueblos que amasaron su
historia con polvaredas de surco y sudores de hombres fuertes. Mil
rostros cansados y anhelantes, saludaron al ruboroso sol naciente, con
la sonrisa de la esperanza, o con la amargura del fracaso. Muchos,
fueron quedando en la lid, otros partieron con ansias de nuevos rumbos,
y otros, muchos apisonaron penas y alegrías, triunfos y fracasos, para
resurgir, como ave Fenix, sobre sus nidos de paja y barro, recios como
sus razas, para hacer frente al pampero, para desafiar al destino.
Hilvanados como cuentas de un rosario; los pueblos se extendían del
naciente al poniente y se convertían en la estructura misma de la nación,
que es hoy el rayo de luz en las penumbras que se ciernen sobre gran
parte del mundo; de la nación que miran hoy los pueblos de lejanas
latitudes, con la seguridad de que en el, encontrarán el pan para sus
hijos, en un futuro no lejano. Muchas nacionalidades se fusionaron en
estas soledades, con un solo ideal: formar sus familias lejos del horror
de la guerra y el hambre que asolaban sus terrunos; y aprendieron a amar
estas soledades, estos vientos, estos cielos, y trabajaron con ahínco
para ver florecer en ellas a sus hijos. Es así como italianos, españoles,
libaneses, alemanes y muchos otros, se afincaron en la zona norte de
Buenos Aires, siguiendo la ruta de acero que marcaba el ferrocarril
apenas nacía el nuevo siglo.
A la vera del riel, con ruidos de acero, música de locomotoras,
canciones de barcarolas, o de jotas o muñeiras, tintineo de copas en
"El Obligado", único almacén que cumplía con todos los
servicios indispensables para las necesidades de los escasos pobladores
del momento. Nacía nuestro pueblo.
Del
origen y fundación
La cuestión a abordar es una de las más discutibles, pues ciertos
datos tomados de textos que historian al respecto y lo que hemos podido
conseguir provenientes de la tradición oral, fuentes estas que nos
merecen el mayor de los respetos, se prestan a innumerables equívocos.
Para sustentar lo dicho podemos decir que uno de los mayores equívocos,
proviene de la recopilación histórica hecha por Pedro Duffau, sobre el
partido de Gral. Pinto. En dicha recopilación, sobre origen
de creación y techas de mensura, etc., dice textualmente: 11E1 origen
de la formación de lo que hoy es el pueblo de Germania, data desde el
15 de Agosto de 1905, en que se creo la estación ferroviaria de ese
nombre..." Pero, también en el citado texto, lugar dedicado a
GERMANIA y en la parte que corresponde a la Introducción, leemos:
Su primer alcalde en 1892, en la zona, don Juan Rediel".."
Debemos aclarar, para ser honestos, que en el libro realizado por el
Grupo Creación en 1975 dicho error se repite casi textualmente, creemos
que tal vez motiva do en la diferencia de contexto en que se dan los
datos o tal vez por pensar en la referencia a zona, que se da en la
fuente cuando se habla del alcalde no haya sido considerado como zona
poblada. Pero, este mismo Grupo, reincide en el equívoco sin mayor
excusa, en el título "ANTIGUOS HABITANTES" cuando hace
referencia a Don Sixto Acosta diciendo: "Llega a estos campos
vírgenes, allá por el año 1896, siendo su rancho la primera vivienda
de estos lugares, y que por rara coincidencia tuvo que ser demolida para
dar paso al adelanto de la civilización que avanzaba. El
ferrocarril".. Esto prueba de alguna forma que los Orígenes de
Germania son previos al ferrocarril, pues no tendría sentido que se
edificara una casa en el lugar por donde estaba previsto que este
pasaría.
Con el fin de arrojar un poco de luz sobre la situación, podemos decir
que los orígenes de Germania son anteriores a 1905, en primer lugar por
una cuestión de lógica elemental, en esa fecha se creó la estación
ferroviaria, es fácil deducir entonces que los trabajos de su creación
llevaron un tiempo y que los mismos fueron hechos por hombres que
necesariamente se tuvieron que establecer en el lugar. Recordemos por
otra parte que en 1905 todavía la Pampa no era un lugar de fácil
comunicación entre los centros poblados, cuesta pensar entonces que se
halla encarado una obra de magnitud como se encaró, sin un afincamiento
aunque más no sea transitorio. En segundo lugar y haciendo referencia
concreta al nombramiento del primer alcalde en 1892, salvo que se trate
de un error, cosa que descartamos ya que la obra de Duffau se encuentra
respaldada por una investigación a conciencia, de parte del autor, en
fuentes documentales existentes en los archivos de la Nación y de la
Pcia. y de la Municipalidad; se hace difícil pensar que un funcionario
con las características del nombrado haya sido puesto en funciones sí
no existía, por lo menos un ranchero aislado, con gente que comenzara a
tener en forma incipiente, los problemas de toda la comunidad y que haga
ver a las autoridades la necesidad de nombrar un alcalde.
Lo dicho en cuanto a los orígenes, pero si abordamos la cosa desde el
punto de vista de buscar una fecha fundacional, nos parecía
perfectamente correcto que sea la del 15 de Agosto de 1905, pues a
partir de esa fecha podemos decir que fuimos comunidad en forma
irreversible, o sea que, orgánicamente estábamos preparados para
avanzar en aras del progreso como se decía en la época. Estábamos en
marcha. Es por estas consideraciones que creemos que es legítimo tomar
el 15 de Agosto como fecha de nuestro aniversario. Lo que es hoy,
nuestra comunidad se perfila con el ferrocarril; y en esa fecha se
concreta la obra. Por lo tanto, en ese mismo momento ingresamos
oficialmente en la historia grande de nuestro país. El
ferrocarril Si el riel se identifica con el siglo 19, en ninguna parte tanto como
en la Argentina moderna.
El tendido de rieles y el surgimiento de una Argentina nueva son un
mismo hecho: Estas van a buscar nuevas haciendas que ya tiene los ojos
puestos en Europa, y pronto no habrá más que una sola dirección:
Hacia el progreso "Todo lo que en el país se ha hecho y todo lo
que no se ha hecho, dependió en alguna forma del ferrocarril".
Pronto los rieles encabezan la transformación, y los miles de nuevos
habitantes no habrán conocido otra Argentina que esta. Modifican las
estancias, dan origen a nuevas poblaciones; alteran las zonas antiguas y
deterioradas. El ferrocarril está constituyendo un país nuevo en
primer plano. Llegó a ser tan sólida esta red, que cuando hubo
adquirido densidad y potencia que un importante estado menor, surgido de
la nada y de puntillas sobre sus ferrocarriles, se alió para integrarse
al concierto universal de las naciones, como se decía entonces. En un
segundo plano ahora, el ferrocarril le da un puesto en la división internacional del trabajo. La Argentina moderna, madura férreamente
soldada al siglo XIX: Inglaterra era el imperio, y la Argentina era un
aliado pequeño.
El ferrocarril del Pacifico que es el que a nosotros nos interesa y que
conocemos hoy como ferrocarril Gral. San Martín, pertenece a lo que se
ha dado a llamar el "Riel Reciente" (1885-1930). Este consistió
en una recta absoluta de casi seiscientos kilómetros de largo entre el
pueblo de Mercedes en la Provincia, y el de Villa Mercedes, al entrar en
San Luis: Anuló al tocar Junín la hegemonía del Oeste en esa zona.
La llegada del Pacífico fue la muerte del Andino, ferrocarril fiscal
cuyo trazado había envejecido tan rápido como el del Oeste: Los fletes
que antes recorrían tres etapas de Villa Mercedes a la Capital, lo
hacían ahora en una sola etapa. No debe extrañar entonces que expresos
de carga y pasajeros hayan sido la especialidad del pacífico desde sus
comienzos. Los dones de la naturaleza, sin embargo, fueron menos
complacientes que los de la Geografía: La zona de gran nivel, llena de
bajíos y de cuencas muertas que el ferrocarril cruzaba pusieron a
prueba la paciencia de sus ingenieros; la rebelde laguna La Picasa, por
ejemplo, ha pasado a la mitología ferroviaria.
El Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico llegó a Colonia San Ricardo,
estación Iriarte, el 15 de Febrero de 1886, siendo este centro de
población, según Duffau, el primero que en el partido tuvo línea Ferrea.
En Germania la estación fue inaugurada el 15 de Agosto de 1905 con la vía
Alberdi, que unió dentro de nuestro partido, a la estación de Ingeniero
Balbín y a Blaquier en su prolongación a Buchardo, el 1º de Diciembre
de 1905.
El ramal Chacabuco, unió a Ghünter con la estación local recién el 1º
de Diciembre de 1909. Fue Don Pascual Litardo nuestro primer jefe de
estación, y por que no, de alguna manera, una de las primeras
autoridades del pueblo.
Fue a principios de siglo, la principal fuente de trabajo urbano
existente en la comunidad.
Como bien dice el Grupo Creación en su obra, los talleres le dieron un
privilegio sobre otras estaciones de la zona. "Casi un verdadero
barrio de hogares obreros se construyó en las inmediaciones de las
mismas vías, donde gran cantidad de gente se concentraron a causa de
los trabajos Ferroviarios.
Hoy en una mirada retrospectiva, cuando ya ni siquiera circulan las
"modernas Diesel", que según el Grupo Creación han reemplazado
a las vetustas máquinas a vapor; cuando se habla de levantamientos de
rieles; cuando apreciamos la desolación de una estación que pareciera
no caber en esta nueva modalidad del progreso. Nos damos cuenta que
otros caminos deberá transitar nuestra comunidad en pos del porvenir.
Camino que ya no va marcado por los rieles.
El
país a principios de siglo Entre 1902 y 1905 el país
se encontraba en crisis política y económica. La Figura de Don Hipólito
Yrigoyen se proyectaba sobre el espectro político con mucho futuro. En
1903 a pesar de los discursos de Roca, es evidente que el descontento
crece. Las inundaciones, la langosta y las cosechas perdidas apuran la
crisis. En 1904 triunfa la fórmula Manuel Quintana-Figueroa Alcorta con
la abstención del Radicalismo. En el mismo año entran al país 161.000
inmigrantes.
En el año de nuestro nacimiento, entre los hechos más importantes se
dicta la ley del Descanso dominical y se expiden las cédulas de
identidad personal. En este año, se funda el Club Boca Juniors. Debemos
destacar un hecho que nos atañe muy de cerca no solamente como miembros
de un país, sino como habitantes de Germania, aunque más no sea
indirectamente.
En 1897 se habían agudizado los conflictos de límites con Chile y
comenzaban en ambas partes preparativos para un conflicto armado. El
Perito Moreno, y el Chileno Diego Barros Arana, no se pusieron de
acuerdo y fueron enviados los antecedentes al gobierno Británico para
la solución arbitral. Y después de estudios sobre el terreno del
Coronel Holdich y la Comisión Asesora, su real majestad se Expidió el
20 de Noviembre de 1902, fallo por el cual de los 90.000 Km2
en litigio, 42.000 pasa ron a la Argentina. Previo a esto, en mayo del
mismo año, ambos países firmaron los "Pactos de Mayo" donde
quedó nuevamente fundada la amistad entre ambos.
Es de suponer que tanto el Presidente de la República, Julio A. Roca y
el Coronel Holdich, después de meses de intenso trabajo hayan sentido
la necesidad de pasar unas breves vacaciones, y lo hicieron en nuestra
zona, en Julio de 1902 con otros miembros de la Comisión Británica
Demarcadora de Límites, en la estancia La Germania, propiedad en aquel
entonces de Germania Estancias Limitadas.
Si nuestra teoría, que dejamos sustentada al principio, es exacta en cuanto
a que los orígenes de Germania, son anteriores a 1905, es perfecto
suponer que en su estadía en la Estancia, el Gral. Julio A. Roca haya
recibido antecedentes sobre una nueva comunidad naciente. La
vida de pueblo Como Usted podrá imaginar, vecino, la vida de un pueblo que recién
se iniciaba, era mucho menos animada que la de ahora, pero evidentemente
existía una gran actividad. Había que hacerlo todo y de la nada. Si nos
ponemos a analizar un poco la cosa, no tardaremos en darnos cuenta que
la actividad social de nuestros abuelos fue intensa e indudablemente se
movieron bien rápido. Del Caserío polvoriento inicial, se fue formando
un pueblo pujante, y en pocos años quedó configurada la COMUNIDAD, tal
como la conocemos hoy.
En 1909 ya teníamos el pueblo mensurado, en 1911 contábamos con la
primer Escuela, Delegación Municipal, y Destacamento Policial. Entre
1915 y 1916, tuvimos el primer Alumbrado Público, 13 columnas en el
medio de la calle alimentadas a alcohol carborado; recién en el año 29
tuvimos alumbrado eléctrico, por concesión a los Señores Buzzalino y
Montani. En 1918 nació el primer Club. Como verá no se perdió tiempo.
En cuanto a medios de comunicación, no existía el televisor y serían
muy pocos los que tendrían radio o automóvil, pero la comunidad
contaba con el Ferrocarril y eso en perspectiva, vecino, significaba
mucho menos aislamiento que el que tenemos ahora... Pero dejemos esa
cuestión y le seguimos contando la vida inicial de nuestro pueblo.
Las diversiones son pocas y solo para hombres. Unas carreras, una
partida de naipes, unos tiros a la taba, un viaje a Alberdi o Junín...
La ley quería que el pueblo se fundara en otra parte, pero se fundó
allí porque allí estaba el pueblo; es decir, el ferrocarril y la casa
de comercio, adonde llegaban carros y carretas y los carros y volantas
de las estancias. La población la hicieron esos comerciantes y los
gauchos que levantaban ranchos de chorizo, los que cortaron ladrillos,
armaron corrales, domaron potros, aquerenciaron rodeos, abrieron
jegüeles y huellas, amanzaron vacas, para el ordeñe y se ayudaron en
los peligros comunes. Bolichearon comprando y vendiendo; acopiando cebo,
cueros, cerdas, todo eso que se llama producto del país y vendiendo las
que llegaban de Europa, como los aperos y ponchos ordinarios, las
herramientas de trabajo, las chapas canaletas y también los ponchos
finos que eran del país. Ya era un pueblo de hecho cuando vino el
agrimensor para fundarlo, allá por noviembre de 1909. En el caso de
Germania, lo oficial es como la partida de registro civil: "Sucedió
de parto".
El agrimensor Don Rodolfo A. Warner cayó con su teodolito, empezó a
plantar estacas y banderas; miró por el lente apuntando en distancias
direcciones y así la tierra de nadie o de todos, se fue convirtiendo en
lotes para alguien. Balsa, en su libro, nos cuenta la vida inicial de un
pueblito, que bien podríamos comparar con el nuestro: "El club
social (o el boliche, o la casa de comercio, o la peluquería) en todo
tiempo era el lugar ideal para el intercambio de noticias, sobre el
estado de los campos, movimiento de los escasos viajeros, el adelanto o
los contratiempos de los trabajos que realizaban. La concurrencia al
club guardaba relación con las actividades del pueblito, que se
desarrollaba por rachas de trabajo de sol a sol, de noche a veces, sin
fiestas ni domingos en que todo el mundo trabajaba personalmente, junto
al peón que hombreaba bolsas al escribano del escritorio de la casa de
comercio que descargaban postes y rollos de alambre".
Balsa en el párrafo citado de su libro, hace referencia a la Casa de
comercio común y no del "Ramos Generales", le hacemos esta
aclaración vecino porque es una institución distinta.
Tambián acopia y vende, pero es además banco, almacén mayorista y
minorista, tienda, botica si todavía no la hay, y perfumería -oh el
agua florida- lujo de los días de pago- y estafeta de correos. Todo.
Para que usted tenga una referencia concreta de ubicación del Ramos
Generales, en lo que respecta a Germania. Este se encontraba en un
principio justo frente a la estación. Luego, aproximadamente por 1911,
se trasladó a donde hoy es actualmente el Club Juventud Unida, y en el
lugar anterior se estableció una botica de propiedad de Martín.
Este Ramos Generales era propiedad de la firma Marcial García y Cía.
Si mal no recordamos esta firma fue la que trajo el primer coche a
Germania, Marca Peugeot. Pero retomando el hilo de la descripción del
"Ramos Generales", nombre genérico que se dio a esta
institución, crecieron en importancia y en número con el crecimiento
de los pueblos.
Fue el Banco de la economía chacarera. Durante todo el año el
chacarero sacaba lo que necesitaba y le apuntaban en la libreta, desde
la ropa y la alimentación, las semillas y las máquinas de implementos
agrícolas. Pagaban después de la cosecha con el producto de su venta o
más generalmente entregándosela a acreedor.
Los Ramos Generales levantaron fortunas y fortunas, pero también
aguantaron los sogazos de los años malos y en algunos lugares hubo
casas que cayeron para siempre en una sola campaña agrícola. Mucho se
ha dicho de estas casas de comercio. Pero la verdad es que no hubo otro
crédito ni otra ayuda para el colono que la de la casa de "Ramos
Generales". Dice Andrés Allende en su libro "Era en aquellos
años costumbre de vieja data en las casas de comercio de la campaña
cumplir jornadas de hasta doce horas de labor (...) trabajábase todos
los días del año sin excluir domingos o feriados y apenas si escapaban
a la permanente actividad y aunque a veces solamente por unas horas, los
días de fiestas patrias, lo de navidad o año nuevo. Hay un personaje
cuya imagen es inseparable de las casas de negocio o locales: El
viajante de comercio.
Ahora casi todos utilizan el automóvil y su paso por los pueblos es
fugaz: Hacen las ofertas, recogen los pedidos, y siguen viaje. Antes del
automóvil, el viajante tenía que someterse a los horarios del
ferrocarril, a las combinaciones posibles con otras líneas, contratar
vehículos con los que también se hallaba en la necesidad de moverse
según el estado de tiempo o de los caminos. Esto suponía estadías
prolongadas que eran casi, la sola razón de ser de los Hoteles, cuya
clientela básica constituían.
Si nuestra fuente oral es correcta, en 1910 había un hotel sobre la
calle República Argentina al 600 y fue el primero. Luego se
habilitaría otro sobre Córdoba al 700, cerca de la comisaría y el
Hotel Maninó, que por aquel tiempo pertenecía a un tal Midón, donde
por el veinte se hacían excelentes bailes según los recuerdos de una
apreciada vecina. Le apunto para su control estimado vecino y con
referencia a los medios de comunicación, que en edad muy temprana
tuvimos un teléfono para comunicarnos con Pinto, que era de una empresa
Particular, y por supuesto junto con el Ferrocarril, el Telégrafo. Y
también existía una Estafeta.
En cuanto a la parte sanitaria, Médicos no había. Venía una vez por
semana de Pinto el Dr. Delacrisx, más adelante, venía el Dr. Merlo,
también de Pinto. Martín Cortina, fue ,el primer farmacéutico o
dueño de la Botica, como se la llamaba por entonces. Un tal Cecilio, se
oficiaba de idóneo. El primer Médico fue Argentino Montero, radicado
más o menos por 1921. Es de darse cuenta, que previo a la llegada del
primer médico, el boticario manejaría bastante, por así decirlo la
salud de la población y alguno que otro curandero o vecino que conocía
algunas artes en esto de curar, y que muy seguro siguieron haciéndolo
después de instalado en forma permanente el primer facultativo.
Entre las enfermedades más difundidas de la época, y hablamos de
enfermedades de miedo de aquel tiempo, estaba la tuberculosis, la
sífilis, el tifus, entre otras.
Con relación al agua, recordamos que el año de la creciente, fue por
1914. Según contara don Pérez Lorenzo, antiguo habitante de nuestro
pueblo que llegara al mismo allá por 1910. Hacemos referencia a este
tema porque después de las inundaciones soportadas en nuestra zona a
partir de 1973 a muchos les pareció un fenómeno inédito y por
supuesto no fue así.
Ya hemos dicho que el año de la creciente fue 1914. Creciente decimos,
y no inundación, porque así la llamaban, porque las aguas no vinieron
del rebalse de corrientes superficiales, que no existían anteriormente,
sino que ascendieron de las napas, como si estas hubieran subido todas
de golpe, después de estar sumergidas por años.
Así fue. Será que el arado hizo las tierras más permeables, los
caminos con sus cunetas facilitaron los desagües, la erosión eólica y
acuífera fue llenando los bajos con sus arrastres de las lomas que se
nivelaban, pero el hecho cierto es que fueron desapareciendo las grandes
extensiones ocupadas por bañados y lagunas, convertidos después de
campos de pastoreo y labranza.
Esta vez, el agua había vuelto por sus reales.. .Nada puede dar mejor
idea de esa enorme playa que es la pampa que una creciente como aquella;
es como si Dios le aplicara el nivel que tiene para uso propio. Todas
las aguas se unieron, y aparecieron peces en las cunetas y hasta en las
lagunas ocasionales que estaban destinadas a extinguirse; así los
chiquilines tuvieron tres o cuatro años de pescadores y aprendieron ,
junto con los grandes; artes que ni habían imaginado, con sardinitas,
dientudos, bagres, y en algunos lugares hasta pejerreyes.
Todo esto lo recuerda Vicente Barbiri en su obra "El Río
Diamante". "Para los niños, las lagunas se habían convertido
en un mundo de felices e inolvidables excursiones". Un encanto de
Juncos, anzuelos y zambullidas las soñoreaban. Jamás se vio en
aquellas tal variedad de embarcaciones improvisadas con tinas, bebederos
y piletas de zinc.
El recuerdo de la creciente trae a nuestra memoria, uno de los temas,
que hoy como ayer sigue ocupando la atención de nuestra gente. ¡Lluvia
y Sequía: Tema de todas las conversaciones, preocupación oída
constantemente con las mismas expresiones de pesar, miedo, alegrías,
repetidas mes por mes, estación por estación, año por año y base de
todas las charlas del pueblo que al fin y al cabo no era más que el
punto de reunión de todos los caminos que van y vienen al campo.
Antiguos
habitantes Al abarcar hoy panorámicamente esa hora de
los primeros tiempos, al hacer una revición de todos los valores que
han influido en nuestro desenvolvimiento, justo es recordar a los
hombres que han aportado sus esfuerzos, construyendo noblemente con sus
ideas y con sus acciones a nuestro mayor crecimiento.
Y aquí saltan a los puntos de pluma, los nombres que simbolizan la
tradición de nuestra Germania; quienes con el esfuerzo constructivo y
animados por un anhelo continuo de mejoramiento agotador, aportando la
reserva inmensa de energía, moral y efectiva, para alcanzar así el
arraigo y porvenir. Hoy que nuestro pueblo se encuentra en una era
paulatina, pero efectiva de progreso, los recordamos como un homenaje a
los esfuerzos que realizaron en la jornada inaugural y como un medio de
fortalecimiento para sus sucesores.
Al primer poblador y fundador de Germania: Don SIXTO ACOSTA.
El viejo mojón de nuestro pueblo, el primer poblador de nuestras
tierras, un Germania que el vio nacer, y que a el lo vio morir. Llegó a
estos campos virgenes, allá por el año 1896, siendo su rancho la
primera vivienda de estos lugares, y que por rara coincidencia tuvo que
ser demolida para dar paso al adelanto de la civilización que avanzaba.
El ferrocarril.
Oriundo de Morón (Bs. As.), nació en el año 1856. Su vida honrada, lo
llevó a ser desde resero hasta el hombre de confianza en aquellos
tiempos, difíciles de los grandes terratenientes de la época. Don
Sixto Acosta, sus ojos hoy guardan el descanso eterno y la luz perpetua.
Gran Fundador. Las dos más antiguas, fundadores de estas tierras son Doña
Tomasa Rodríguez y Don Juan Ledesma, que llegaron después de Don Sixto
Acosta y tal vez junto a otros tantos que hoy quedaron borrados por el
anonimato y que de sus manos vieron florecer nuestro pueblo.
Entre ellos destacamos a las antiguas y siguientes familias: Vicente
Calace, Pascual Litardo, Florencio Marino, José Ramos, Andrés Lievan,
Laurentino Blas Rodríguez, Salvador y Francisco Quatrochi, Fortunato
Ríos, Ángel y Andrés Mariscotti, Juan Roth, Jacobo Siegler, Eladio
Casaseca, José, Luis y Antonio Ponti, Juan Russo, Jorge y José Maruco,
Antonio Cencione, Saturno y Antonio Pérez, José Poncino, Ramón García,
Pedro Masari, Aurelina Ramirez de Rodríguez, Gil y Josefina Delgado,
Consuelo y Alberto Delmenico, Matheo e Irene Lafuente, Julián Sánchez,
Prudencio Bustos, Enrique Bonti, María Policarro Rodriguez, Flias:
Poggi, Aranovich, Piñeyro, Eder, Diz, Nesrias, Belauzarán, Farías,
Díaz, Chia, Andrenacci, Perugini, Stafolani, Durand, Torgano, entre
otras.
Entre las más antiguas damas que tuvimos y que más años vivieron,
tenemos a Doña Rosa Oliva de Campos, la cual falleciera a los 110 años
de edad, y Doña María Medina cuyo deceso se produjera a los 105 años.
Hombres y mujeres, tal vez muchos borrados por el tiempo en la
inquebrantable lucha de la formación de este: "NUESTRO GERMANIA". |